III. d. Elementos generales del liderazgo en las organizaciones: Goleman, Daniel (2004[1998]) Liderazgo que obtiene resultados.
Un estudio realizado por la firma consultora
Hay/McBer consideró que existen seis tipos de liderazgo: coercitivos,
orientativos, afiliativos, democráticos, ejemplares y formativos; cada uno se
relaciona a diferentes ámbitos de la inteligencia emocional de cada persona.
También cabe destacar que “la investigación indica que los líderes con los
mejores resultados no se apoyan en un solo estilo de liderazgo; utilizan la
mayoría de ellos en una semana determinada -de forma fluida y en medidas
diferentes-, dependiendo de la situación” (Goleman, 2004 [1998]). Abordaremos
los estilos de liderazgo a continuación:
(Fuente: https://blog.yepali.com/)
El estilo coercitivo es el liderazgo menos
eficaz, pues no permite el desarrollo del resto de las personas que rodean al
líder porque existe una línea de toma de decisiones extremadamente vertical,
este estilo se recomienda utilizar sólo en situaciones que sea necesario. El
estilo orientativo es altamente eficaz, pues un líder de este tipo es
visionario, pues motiva a las personas que tiene a cargo y ellos saben la
importancia de su trabajo y por qué son necesarios, además de dar libertad para
que innoven, experimenten y tomen riesgos. El estilo afiliativo busca crear un
buen ambiente laboral, además promueve la flexibilidad, pues permite que las
personas realicen su trabajo de la manera que ellos crean que es más eficaz, a
esto se suma el feedback positivo que realiza este tipo de líder a sus
trabajadores; se recomienda no utilizar este estilo solo, pues se corre el
riesgo de permitir el mal desempeño de alguna persona. El estilo democrático
impulsa la flexibilidad y responsabilidad de las personas, pues el líder
permite que opinen en aquellas decisiones que influyan en sus metas y el
desempeño que cada uno tiene; cabe destacar que en este estilo de liderazgo las
personas tienden a ser realistas respecto a qué puede o no ser realizado. El
estilo ejemplar se basa en que el líder fija estándares de desempeño, los
cuales deberían ser seguidos por las personas que están a cargo de él, pues él
es el ejemplo; sin embargo, este estilo de liderazgo puede romper buenas
relaciones porque se puede generar angustia al sentir que no podrán alcanzar el
nivel del líder. Finalmente, el estilo formativo se basa principalmente en que
el líder ayuda a las personas a identificar sus fortalezas y debilidades, también
a que ellos se proyecten con sus metas a lo largo del tiempo y puedan
alcanzarlas, pues los líderes están dispuestos a correr el riesgo de errar en
el corto plazo con tal que exista un crecimiento a largo plazo de sus
trabajadores.
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